TAKE #15
-Sí, estoy aquí.
-Blanca, quién es él? –dijo Dongwoon, que no entendía nada, porque la otra persona hablaba en español. Bajé de la barandilla y le devolví la chaqueta a su dueño.
-Da igual, no te preocupes por él. Es alguien que conozco –dije mirando a Dongwoon.
Me cogió por el brazo y me apartó de donde estaba Dongwoon. Éste fue a cogerme pero yo le negué con la cabeza para que no me siguiera, para que sólo mirase desde donde estaba. Vi como salía el resto del grupo con Jaejung y Gina de la discoteca, acercándose a Dongwoon y mirándome.
-Qué quién era ese –exigió saber.
-No vengas imponiendo, qué haces tú aquí y por qué me sigues. Yo ya no tengo nada que ver contigo –dije soltándome de su mano.
-Antes de que me denunciaras te advertí que las cosas no iban a quedarse así –fue levantando la voz y acercándose a mí.
-Y yo te dije que me daba igual lo que tu dijeras, que no volverías a poner una santa mano encima de mí, ni de mi madre tampoco, ella por encima de todo.
-Cierto es que a ella no puedo acercarme, porque aparte de la orden de alejamiento, ha vuelto con tu padre, pero.. ahora no estamos en España.
-Y?, ni se te ocurra tocarme. Corea no tiene el mismo sistema judicial, y tengo testigos que pueden ayudarme –di dos pasos hacia atrás y miré hacia donde estaban todos. Negué con la cabeza para que ni Doojoon, Dongwoon, Kikwang y Yoseob se acercasen.
Javier, el ahora ex-novio de mi madre había venido desde España a Corea solo para buscarme, por una advertencia que me hizo: “Vayas donde vayas, yo lo voy a saber, porque tengo amigos hasta en el infierno”. Le conocí cuando apenas tenía 6 años; mis padres se habían divorciado y mi madre “había vuelto a encontrar el amor” en él. Los primeros abusos de género comenzaron cuando mi madre volvió a ver a mi padre biológico para firmar del todo el divorcio y para que mi padre se comprase su casa propia; a pesar de que mis padres se había divorciado, tenían una relación de amistad, porque ellos se separaron porque se “acabó” la magia de la pareja. A Javier eso no le gustaba que mi madre viera a mi padre con tanta “frecuencia” y empezó a amenazarla.. mi madre no se creyó sus palabras, y empezaron los abusos. Visto que mi madre era fuerte y podía aguantar ciertas cosas, empezó conmigo. Más que como una niña, él me veía como una esclava.
Cuando fue mi 12 cumpleaños, Javier me regaló unas esposas.. al principio no entendí para qué. Lo interpreté como esposas de juguete de la policía.. pero llegó el día en que mi madre se fue de viaje con unas amigas y me dejó a cargo de él. Después de cenar nos tumbamos en la cama los dos para ver una película de Disney que echaban, Javier sacó de la mesilla las esposas que me regaló y me ató las dos manos en el cabecero. Después se fue a por una cámara y la puso delante de la cama, apagó la tele y empezó a grabar. Se acercó a mí y empezó a quitarme la ropa… y empezó a abusar de mí. La explicación que dio fue “quería experimentar la reacción de una niña de 12 años ante ciertos estímulos”.
Al tiempo, mi madre volvió a perdonarle.. aunque yo no creo aquello porque, para entonces, Javier tenía a mi madre amenazada de muerte, con moratones, siendo tratada como esclava mientras él estaba alcoholizado todo el día. Pronto volvió a mí, seguía abusando de mí, igual que como lo hacía con mi madre.. si decíamos algo, recibiríamos palizas y haría que nos quedásemos en la calle.
Cuando cumplí los 18 años, volvió a ponerle la mano encima a mi madre, yo le denuncié y no me eché hacia atrás en ningún momento. Me llevé a mi madre a casa de David, el que sabía cosas de la historia, el que muchas veces se había pegado con Javier para defendernos a mi madre y a mí, y entonces conseguimos órdenes de alejamiento y años de cárcel para Javier, gracias a las pruebas evidentes que había dejado dicho personaje en el cuerpo de mi madre y en el mío, y gracias a fotografías que había guardado para ese momento. Aún me sorprendía ver a este hombre frente a mí, debería estar en la cárcel y yo no sabía cómo había salido de ahí.
Javier me empujó hacia la pared y puso sus manos sobre mis hombros, apretándolos con fuerza.
-He conseguido salir de la cárcel de forma que tú nunca podrías saber. Y ahora que estoy aquí realmente echo de menos aquellas veces que nos quedábamos solos cuando tu madre se iba de viaje –dijo cogiendo un mechón de mi pelo y apartando mi abrigo, dejando verse parte de mi hombro.
-No te creas que puedes hacer lo que te dé la gana –le empujé haciendo que cayese y me cambié de lado.
-Blanca, estás bien? –dijo Dongwoon detrás de mí. Asentí mareada.
-No sé quién es ese para ti, ni qué hace aquí pero yo he llamado a la policía –dijo Jaejung desde atrás que estaba con Junhyung y Gina.
-Blanca, ponte detrás de nosotros –Yoseob me echó hacia atrás, pero yo me negué.
-No, vosotros estaos quietos, no puedo dejar que estéis involucrados en problemas por mi culpa –me hice hueco delante de ellos, pero Dongwoon puso una mano por delante de mí, nos miramos.
-Te pregunté que quién era este. Es David 2 o qué? Es una versión en chino? –dijo Javier levantándose y acercándose a nosotros.
-Qué qué has dicho? –quité la mano de Dongwoon por delante de mí y me acerqué a Javier.
-Sí, que es David 2 en versión chino y más rubio que David 1 –se rió echando el cuerpo hacia atrás.
-No te pases. No te pases con ninguna de las personas que están detrás de mí –le amenacé
La policía llegó y Jaejung se puso a hablar con ellos, y explicó que quien vino empujándome y gritándome fue él. Antes de subir al coche de policía, Javier me recordó la famosa frase.
Nosotros nos subimos a los coches con los que vinimos, Gina se fue con BEAST y Dongwoon se vino conmigo y Jaejung, porque estaba empeñado en acompañarme hasta el hotel para que no me pasase nada.
-Gracias a los dos por traerme al hotel. Quitando la ultima parte de la noche, me lo he pasado genial de verdad, tenemos que repetir –dije sin ánimo, pero con un intento de sonrisa.
-Yo también espero volver a repetirla, ha estado genial –dijo Jaejung desde dentro del coche.
-Yo también lo espero… -Dongwoon miró a otro lado y luego a mí fijamente- podemos hablar un momento Blanca?
-Si claro –entramos a la recepción, a unos silloncitos que había.
-Blanca.. –se sentó- puedo quedarme contigo hoy en el hotel?
-Por qué? –pregunté extrañada.
-No pienses mal, me quedaré fuera, en la puerta, pero no me fio nada de esto. No sé tu historia con ese hombre, pero no parece que alguna vez os hayáis llevado bien –cogió mis manos, y yo apreté las suyas.
-Dongwoon, de verdad no te preocupes, voy a estar bien. Tienes que ir a casa porque si no Doojoon me va a volver a amenazar si te secuestro otra noche… además tienes que descansar –suspiró sabiendo que iba a ser imposible y se fue al parking, donde Jaejung esperaba en el coche.
Subí a mi habitación, me cambié de ropa y me senté en el sofá. Dejé que las lágrimas fueran libres por mis ojos, mis mejillas.. mojando el cojín con el cual tapaba mi cara. De verdad este hombre tenía esa obsesión conmigo? Por qué no podía dejarme en paz? No había abusado de mí suficiente?... no.. había venido a Corea a romper mi sueño, a hacer que mis amigos se preocupen por mí… había dejado mi pasado atrás.. por qué siempre vuelve?
Escuché que recibía un mensaje al móvil, pero no le hice caso hasta pasado un tiempo. Me levanté y abrí el mensaje.
“Lo siento, pero no puedo quedarme en casa intentando dormir. Estaré fuera de tu habitación si me necesitas. Dongwoon.”
Caí de rodillas en la habitación. No quería que ninguno de ellos sufriera por mí, tenía suficiente con hacerlo yo sola. Tampoco quería llevar ninguna relación más allá que ser amigos gracias a que esa persona estaba en Corea.. pues la última vez que lo hice David sufrió las consecuencias, se había pegado más de una vez con Javier, y yo no quería que ninguno de mis amigos pasase por eso.
Miré por la ventana, estaba empezando a tronar y a diluviar… un clima perfecto para una noche tan desastrosa como esta. Hacía frío incluso con la calefacción puesta. Fui a abrir la puerta, no iba a dejar a Dongwoon toda la noche en la puerta, escuchándome llorar.
-Pasa anda, que vas a coger frío –dije cuando se dio la vuelta para mirarme. Cerré la puerta cuando pasó a la habitación– siéntate.
-Cómo estás? –dijo cuando se sentó haciéndome hueco en el sofá.
-Estoy bien… -mentí. Me senté encogiendo las piernas en el sofá poniéndonos a los dos una manta por encima.
-Una persona que llora y que tiene los ojos hinchados no es una persona que está bien…
-Verás.. os explicaré a todos quién es ese hombre y por qué estaba aquí.. pero dejemos el tema pasar por esta noche, vale? hablemos de otra cosa…
-Como usted mande.. pero sabes que estoy aquí verdad? –se acercó a mí y paso un brazo por detrás de mí, quedando su cara a escasos centímetros de mí. Giré la cabeza, haciendo que tosía, él se dio cuenta y la giró también.
-Gracias.. por todo. Tanto por ponerte delante de mí como por quedarte conmigo esta noche.. –apoyé mi cabeza en su hombro- solo quiero olvidar por esta noche..
-Si puedo hacer algo, cualquier cosa… -se puso a mirar a todos los lados a ver si encontraba algo para hacer.
-Lo siento.. –le dije llorando mientras le cogía de la mandíbula con la mano derecha y le giraba la cabeza; acerqué su boca a la mía y hundí mis labios en los suyos. Nuestras bocas se movían encajando en un beso perfecto.
Sólo se escuchaba el sonido de la lluvia afuera..
1 comentarios:
B quiere que me de un infarto de la emoción *____________________*
Publicar un comentario