TAKE #1
-Próximo vuelo con destino Incheon-Seúl embarquen por la puerta 5 por favor, gracias.
Ese es mi supuesto vuelo donde mi vida cambiaría radicalmente, dejando recuerdos, momentos, palabras y promesas atrás, empezando de cero: solo con una maleta llena de ropa, un neceser, dinero y con mi música, dispuesta a cumplir mi sueño.
“Esperaré 10 minutos más” me dije a mi misma, dándome confianza a que el momento estaría al llegar. Ilusa de mí. “Sabes perfectamente que no van a venir, ni uno ni otro así que, no sé qué haces esperando aquí en el banco del aeropuerto”. Aún así, esperé un par de minutos más por si por algún casual les daba por pensar que al menos me gustaría que dieran la cara antes de irme. O pedirme perdón.
-Último aviso para los pasajeros con destino Corea del Sur, por favor embarquen por la puerta 5, gracias –aquel mensaje me estaba matando, o entraba me quedaría en tierra.
Con un leve resoplo seguido de una carcajada irónica me levanté del banco, levanté el asa de la maleta de mano y puse la música muy alta, no quería pensar. Subí las escaleras mecánicas que conducían a la puerta 5 de embarque y allí estaba él. Mis ojos solo querían llorar, pero tenía que ser fuerte e intentar aparentar que esto no me afectaba; tenía ganas de abrazarlo, de sentir de nuevo sus brazos alrededor de mi cuerpo, de sentir sus labios de nuevo.. por última vez, pero no iba ser así. David se dio cuenta de que estaba allí de pie mirándole, y me hizo un gesto para que me acercase a él… y a ella. Detrás de David estaba Sara mi mejor amiga.. bueno, lo que hasta hace 10 días se podía considerar “amiga”. Me acerqué lentamente hacia ellos; David tenía una sonrisa de oreja a oreja, contento de haber podido venir a despedirme, en cambio, Sara estaba escondida detrás de él mirándome de reojo, y eso hacía que me sintiese la mala de la película y ella la víctima, cuando era totalmente al revés.
-Hola Blanca! creí que no llegaríamos a decirte adiós –me dijo David con una sonrisa y poniéndome la mano en un hombro. Me quité las gafas de sol y después de mirarles a los dos a los ojos, sonreí falsamente por un segundo y cambié de nuevo mi expresión.
-Hola, no esperaba que vinieseis –mis palabras salían de mis labios como puñales hacia los dos.
-Hola –dijo con miedo Sara. Se hizo el silencio.
-Bueno.. cuánto tiempo te quedarás allí? –preguntó David para romper el silencio.
-No sé, puede que mucho, y espero eso, que sea mucho –“ni que os importase”, dije para mis adentros- me tengo que ir, mi vuelo sale ya- señalé hacia la puerta.
-Cuídate mucho vale? Que te queremos ver a la vuelta eh?
-Claro, estoy segura –sonreí irónicamente, me puse de nuevo mis gafas de sol y me fui por la puerta de embarque.
Una azafata morena me sonrió y me indicó mi asiento. Me ofreció aperitivos, bebida, cascos para ver la película que pronto pondrían en el avión o un cojín. No quería nada, no tenía hambre ni sed, y tampoco estaba por la labor de ver películas. Así pues, me puse a mirar por la ventana con la música alta, eran 15 horas de vuelo. “The first love” qué casualidad, no había otra canción que saltase en mi reproductor verdad?, es Ley de vida, cuando no quieres que algo ocurra va y es lo primero que pasa.
Al final, han tenido la decencia de pasarse a decirme adiós, y a ser un poco más falsos.. no está mal.. no esperaba menos de los dos. Pero, ya me da igual.. pueden casarse, tener hijos, una casa, un coche, y lo que quieran.. ya no seré la primera en felicitarles a ninguno de los dos, como antes hacía individualmente, ya no. Echaré de menos las risas que hemos tenido, cuando nos reuníamos en el bar de siempre, tomando lo de siempre, la sensación de contar con alguien cuando estuviera mal, o simplemente para hablar por teléfono. Aparte de la amistad que tenía con los dos, echaré de menos a David, con quien he compartido muchísimos momentos, al que le confiado mis secretos más personales… echaré de menos sus besos y abrazos.
Me levanté tan pronto como el avión estuvo en el aire y me fui al baño. La angustia se apoderaba de mí me faltaba el aire, y las lágrimas brotaban de mis ojos sin intención alguna de parar. Había aguantado ya demasiado las ganas de llorar delante de David y Sara, era hora de que llorase a gusto.
Me pasé la mayor parte del viaje medio dormida; la noche anterior no dormí mucho por los nervios.. he dejado atrás una vida para empezar y aprovechar otra.
La peli que nos pusieron en el avión fue muy larga. Trataba de Corea del Sur, en la antigüedad, la guerra y todo eso. A mitad de película me quité los cascos y me puse a ojear revistas de variedades, pero casi toda la supuesta ‘variedad’ era sobre la música de allí.
“Lee Kikwang tiene novia! Pero no quiere dar a conocer la identidad de la chica, estamos muy intrigados”
-Aish.. ya le han sacado una nueva chica a Kikwang.. es que no se cansan? -no me di cuenta de que lo había dicho en voz alta.
-Eso es mentira –dijo de repente mi compañero de asiento. No sabía si me decía a mí o no, porque llevaba las gafas de sol puestas.
-Me dices a mí? –pregunté señalándome.
-Sí claro, a quien se lo voy a decir? –qué borde- lo que dice la revista es mentira.
-Y usted como lo sabe?
-Aparte de que normalmente el 80% de las cosas que ponen en esas revistas son mentira, lo sé de buena tinta que Kikwang no está con nadie –sigue cada vez siendo más borde.
-Bueno no sé, a mi me da igual si tiene o no novia, a mi me importa su música, la del grupo al completo –me sonrió por primera vez, giró la cabeza y se puso música alta. Vamos, que me ignoró por completo.. encima el tío borde.
Eché la cabeza hacia atrás en mi respaldo, y me puse a terminar de leer la revista. Me terminé durmiendo de nuevo, tenía un cansancio que no era normal. Lo último que recuerdo que leí fue “B2ST tendrá su primer concierto el 12 de Diciembre” .
“Encantado de conocerte.. dicen que eres la joven promesa de esta empresa! Esperamos con ansia tu música la verdad! –bajó la cabeza al darse cuenta de la situación.
Yo simplemente le saludé, agachándome y sonriéndole mientras me sentaba en uno de los sofás. Él intentaba salir de ahí como fuera, no se quería quedar más a solas conmigo, y buscaba a responsables de lo que hiciera falta; quería ultimar detalles conversando con ellos, aunque esos detalles él ya los sabía.
Le ignoré y solo le dije “vete si quieres, no tienes por qué estar aquí”, me sonrió y salió de la habitación. Yo me puse mi música y a escribir cosas en una libreta que llevaba siempre conmigo.
-Hola? –me quité un casco pero nadie volvió a decir nada, así que me supuse que no era para mí- Holaaaaaa?... –alguien me dio un toque en el hombro. Me levanté y me quité los cascos inmediatamente.
-Perdona, perdón.. estaba con la música y..
-No, no, no importa. Pero qué susto! Creí que te había pasado algo! Te estaba llamando hace un rato y no contestabas –suspiró con alivio.
-Perdona.. –sonreí avergonzada- no me presenté: soy Bárbara, la estudiante extranjera.
-Ah! Así que eres tú eh?.. todo el mundo habla de ti, y muy bien además –la miré incrédula- espero que te sientas muy a gusto con todos nosotros –hizo una pausa y me puso una mano en el hombro, enfundándome confianza- bueno, yo soy erjhweoirhwer”
-Perdona?, eh? Es hora de despertarse, dormilona –alguien agitaba mi hombro.
-Eh? qué? –abrí los ojos despertándome de ese sueño tan raro, pero a la vez tan familiar.
-Mira que quedarte dormida, qué poca educación tienes señorita, por dios. Como se nota que no eres de aquí.
Aquella persona que me había dicho, casi jurado, que lo de Kikwang era mentira, se levantaba de su asiento insultándome. Genial, encima me había despertado en la mejor parte del sueño, ya no se quien era esa persona. No tenía ganas ni de contestarle a los insultos. No soy persona ahora mismo.
Recogí mis cosas y la misma azafata que me indicó el camino para entrar, ahora me lo indicaba para salir, con esa sonrisa falsa que todas están obligadas a poner, y que a mí me ponen enferma.
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